Puede que muchos ciclistas se pregunten si los cascos de ciclismo tienen fecha de caducidad o si deben cambiarse después de recibir un impacto. La respuesta a ambas preguntas es sí. Antes de salir en bicicleta es importante verificar que el casco está en perfectas condiciones y correctamente ajustado pero, aparte de las posibles abolladuras y los arañazos de rigor, hay que saber si ya ha llegado la hora de cambiarlo por otro nuevo.
Los cascos de bicicleta están diseñados para absorber los impactos mediante la destrucción parcial de la carcasa y la estructura interna. Es posible que estos daños no sean visibles para el ciclista y pasen desapercibidos, pero siguen estando ahí. Por lo tanto, en caso de impacto, el casco debe ser destruido y sustituido, incluso si los daños no son visibles.
Por otro lado, un casco muy viejo o dañado también debe ser reemplazado. Los cascos tienen una vida útil limitada y deben cambiarse cuando muestran señales evidentes de desgaste. Además, los materiales de los cascos pierden capacidad de protección con el paso del tiempo, por lo que, aunque no haya sufrido un impacto ni esté dañado, es conveniente cambiar de casco cada tres años.
La limpieza y el cuidado habitual del casco te pueden ayudar a detectar daños o indicios de deterioro del casco. Recuerda que el casco es la única protección de tu cabeza cuando circulas en bicicleta. Cabeza solo hay una… pero cascos muchos y muy variados.